En
los últimos años el Ecuador ha obtenido una gran cantidad de películas producidas
de manera independiente o con el apoyo del gobierno e instituciones culturales,
cualquiera que sea el modo finalmente se las puede catalogar a toda costa como películas
netamente ecuatorianas.
“Que
tan lejos”, “Sin muertos no hay carnaval”, “Ratas, ratones y rateros”, son solo
algunos de los ejemplos que se pueden nombrar a la hora de hablar de cine
ecuatoriano.
Con
bajo o alto presupuesto estas películas ya forman parte de la cultura cinematográfica
ecuatoriana que logró sobresalir de una época en donde el séptimo arte ni si
quiera tenía la acogida que hoy en día se puede notar en las salas de cine comerciales
como independientes, pero ¿alguna vez se escuchó hablar de cintas al estilo “Western
Chonero”?
El
libro “Ecuador bajo tierra, filmografías en circulación paralela” escrito en
2009 por Miguel Alvear y Christian Cedeño es un aporte más para todas las
películas tituladas como “Westerns choneros” que nunca vieron la luz en la
televisión ni en el cine pero que fue tanta su popularidad en provincias como
Manabí que la cinta “Sicarios Manabitas” dirigida por Fernando Cedeño es la
película más vista y distribuida en forma pirata en el Ecuador.
Vicente
Fernando Cedeño Marcillo es un director ecuatoriano nacido en Chone el 26 de
agosto de 1968, quien dedica su vida entera a la producción de “cine guerrilla”
como el mismo lo cataloga. Estas son películas que con bajo presupuesto y
actores desconocidos han logrado alcanzar tanta popularidad en Ecuador que
incluso ya se encuentran colgadas en Internet cintas como “Sicarios Manabitas”
y “El Ángel de los Sicarios”. Esta última fue presentada en un festival de
Nueva York y también obtuvo el premio Colibrí
2015 en la categoría -Mejor Producción para Soporte Físico-
En
este tipo de películas se narran historias que generalmente están mezcladas con
armas, guerras, muertes, amor y un sinnúmero de elementos que pueden construir
una narrativa extraordinaria a la hora de entender un film que en varias
ocasiones a las personas les puede resultar aburrido o confuso pero en este
caso el uso de un lenguaje coloquial, actores y actrices populares hace que la
gente se conecte más con las cintas y sean vistas en mayor cantidad de la que
uno se imagina.
Esto
comprueba una vez más que no es necesario grandes cámaras, actores famosos, o
un presupuesto enorme para lograr una película exitosa, solo basta con tener
algo de ímpetu, ganas y conectarse uno mismo con la gente, saber que piensan,
que les gusta o que les puede llamar la atención al momento de sentarse en una
sala de cine y no despegarse de la pantalla hasta que prendan las luces ni si
quiera para ir al baño.
Y
tú, ¿te atreverías hacer una película por tu propia cuenta?